Plaza de la Concordia

Foto: Moonik

La Plaza de la Concordia es la más grande de París, y está ubicada en un paraje de singular belleza, desde el que se obtienen grandes perspectivas. Para aprovechar toda la fuerza de esta ubicación privilegiada, el arquitecto que la diseñó quiso que fuera una plaza muy abierta, delimitada por edificios solo en uno de sus cuatro lados.

Esa sigue siendo hoy la fuerza y la belleza de este lugar, cargado además de significado por su protagonismo durante la Revolución francesa.

Historia

La plaza fue abierta a mediados del siglo XVIII como homenaje al rey Luis XV, que venía de salvarse de una muerte segura. Llevaba el nombre del rey y tenía en su centro estatua ecuestre suya. Era, por tanto, una plaza real: la quinta y última plaza real de París.

Durante la Revolución francesa jugó un papel destacado, pues dada su gran amplitud y su vinculación a la Corona fue escogida como escenario para la ejecución de Luis XVI (21 de enero de 1793). Pero además del rey, la cuchilla segó en esta plaza la vida de unas 1.200 personas, entre las que se encuentran la reina Maria Antonieta, Robespierre, Danton, los girondinos y el gran científico Lavoisier, fundador de la Química moderna.

Para olvidar su pasado sangriento, el rey Luis Felipe de Orleans ordenó erigir el actual obelisco, conocido como obelisco de Luxor (regalo del gobernador de Egipto), tallado durante el reinado de Ramsés II, hacia el año 1200 a.C.

Además, Luis Felipe de Orleans decidió cambiar nuevamente el nombre de la plaza, que ha tenido a lo largo de su historia las siguientes denominaciones:

  • Plaza de Luis XV: desde su creación hasta la caída de la monarquía (agosto 1792)
  • Plaza de la Revolución: hasta la muerte de Robespierre
  • Plaza de la Concordia: desde el fin del Terror hasta la Restauración borbónica
  • Plaza de Luis XVI, en desagravio al rey guillotinado (todavía se conserva una placa apenas legible con ese nombre)
  • Plaza de la Concordia nuevamente, desde Luis Felipe de Orleans hasta hoy

Descripción

Para acometer la descripción de la plaza, vamos a señalar las distintas aportaciones a su configuración actual, ordenadas cronológicamente.

Elementos originales

Además de su forma abierta y del espacio que ocupa, el arquitecto original (Ange-Jacques Gabriel) diseñó los dos grandes edificios que delimitan la plaza en su costado norte, compuestos de un gran zócalo, sendos pabellones en los extremos y amplia columnata. Un esquema inspirado en la fachada este del Louvre (la gran columnata).

Foto: Moonik (recorte)

Estos dos edificios han tenido distintos usos:

  • A la izquierda se encuentra, entre otras instituciones, el Hôtel de Crillon, uno de los más lujosos del mundo.
  • El de la derecha ha albergado hasta 2017 el Ministerio de Marina.

Ange-Jacques Gabriel abrió también la Calle Real entre ambos edificios, al fondo de la cual debía erigirse la nueva iglesia de la Madeleine.

Aportaciones de Luis XVI

El Puente de la Concordia, que conecta con la otra orilla, comenzó a construirse bajo el reinado de Luis XVI, y se terminó durante la Revolución francesa, con piedras del desguace de la Bastilla, para que todos los patriotas pudieran "pisotear esa execrable fortaleza", como se argumentó.

Aportaciones de la Revolución

A la entrada de la Avenida de los Campos Elíseos, se ubicaron dos estatuas emblemáticas: los célebres caballos de Marly, de gran valor artístico, que se retiraron del Palacio de Marly cuando fue saqueado.

A la entrada del Palacio de las Tullerías se encontraban (desde antes de la construcción de la plaza) otras dos estatuas ecuestres.

Aportaciones de Napoleón

Napoleón Bonaparte construyó la actual iglesia de la Madeleine que se divisa desde la Plaza, destinada por él a ser un templo laico a la gloria de su ejército. Frente a ella, al otro lado del río, mandó construir en ese mismo estilo una nueva fachada para el palacio Borbón, sede de la Asamblea Nacional.

Aportaciones de Luis Felipe de Orleans

Como se ha dicho, él ordenó erigir el obelisco, y posteriormente encargó al arquitecto Hifforff redecorar la plaza con motivos del todo ajenos a su pasado sangriento.

Hittorff diseñó para ella:

  • Dos vistosas fuentes de hierro de fundición, dedicadas a la navegación marítima y a la navegación fluvial: la Fuente de los Ríos (la más alejada del Sena) y la Fuente de los Mares.
  • Ocho grandes estatuas en los chaflanes de la plaza, dedicadas a las grandes ciudades de Francia, sobre las garitas de vigilancia construidas por el primer arquitecto. En una de ellas, el escultor James Pradier cinceló los rasgos de su amante: Juliette Drouett
  • Columnas rostradas (con proas de barcos) representando a París (que tiene un barco por emblema).

Aportaciones de Napoleón III

El último cambio de entidad lo acometió Napoleón III cuando decidió rellenar los fosos que tenía la plaza desde su origen.

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