Montmartre

Montmartre

Foto: joz

Montmartre era, en el siglo XIX, un encantador pueblecito situado en la cima de una pequeña colina a las afueras de París. Como quedaba fuera de los límites arancelarios de París, el vino que ofrecían en sus rústicos bares y merenderos, procedente de las mismas viñas que crecían en esta colina, era mucho más barato que el que servían en la ciudad. También los alojamientos tenían allí precios mucho más modestos.

La belleza de este bucólico paraje y su vida tranquila, ideal para la creatividad, empezó a atraer a un número creciente de artistas, cuyas precarias economías no les permitían instalarse en la capital. Los pintores se asentaron preferentemente en la parte alta de la colina, en el pequeño pueblo de ambiente rústico. Mientras que músicos y escritores lo hicieron sobre todo en la zona baja, más cercana a la ciudad, llena de salas de baile y cabarets.

Montmartre se convirtió así en la capital de la bohemia parisina, desde la época de los impresionistas (1874 en adelante) hasta el comienzo de la Primera Guerra Mundial (1914).

Una larga historia

Pero antes de que llegaran los pintores, la colina de Montmartre tenía ya una larga historia, y había vivido acontecimientos decisivos para el destino de París. Estos son los principales hitos de su historia:

  • Templos romanos. Los romanos construyeron en esta colina dos templos paganos: uno dedicado a Marte (dios de la Guerra) y otro a Mercurio (dios del Comercio), y la bautizaron como "Monte de Marte" (Mons Martis).
  • Año 250 - Martirio de Saint-Denis. Hacia el año 250, allí fue martirizado junto a dos compañeros Saint-Denis, el primer obispo de la ciudad. Por ello, la colina empezó a ser conocida en la Edad Media como "monte de los mártires" (Montmartre) y a recibir importantes peregrinaciones. Los peregrinos pasaban por el lugar del martirio, y llegaban hasta la basílica de Saint-Denis, 6 km. más al Norte, donde estaba su tumba.
  • Siglo V - Capilla del martirio. Probablemente fue Genoveva, la patrona y protectora de París, quien construyó en el siglo V una capilla sobre el lugar del martirio de St-Denis.
  • Edad Media - El monasterio femenino. En los primeros siglos medievales se construyó una iglesia en la cima de la colina. El año 1133, el rey de Francia Luis VI el Gordo compró esta vieja iglesia y el terreno adjunto, construyó una nueva iglesia y fundó un monasterio femenino junto con su esposa Adelaida de Saboya.
  • 1534 - "Nacimiento" de la Compañía de Jesús. Iñigo de Loyola y 6 compañeros hacen sus primeros votos en la Capilla del martirio de Saint-Denis.
  • 1611 - Hallazgo de la capilla. A comienzos del siglo XVII, durante unas obras de remodelación en el monasterio, se descubrió la primitiva capilla del martirio (la construida por Genoveva), que había quedado oculta con las sucesivas construcciones. El suceso produjo gran conmoción en París, y se renovaron las peregrinaciones masivas.
  • 1789 - Revolución Francesa. El monasterio de Montmartre estuvo en pie 7 siglos, hasta la Revolución Francesa, que traería consigo su completa destrucción. Actualmente, lo único que queda de él es la pequeña iglesia de Saint-Pierre-de-Montmartre, construida por Luis VI el Gordo. Es una de las iglesias más antiguas de París.
  • Valor estratégico. La colina de Montmarte, con sus 130 metros de altura, domina la ciudad de París, y ha tenido por ello un valor estratégico decisivo. Aquí se asentó Juana de Arco en el siglo XIV para asediar la capital, lo mismo que Enrique IV en el siglo XV durante las guerras de Religión, y los rusos que entraron en París en 1814, haciendo caer a Napoleón.
  • 1860 - Incorporación a París. Durante el Segundo Imperio de Napoleón III, la ciudad de París creció en extensión. Absorbió todos los municipios colindantes englobados dentro del recinto fortificado construido por Thiers en 1841-1845. Montmartre quedó incorporado a París dentro del distrito XVIII.
  • 1871 - Cuna de la Comuna. En marzo de 1871, fue en Montmartre donde prendió la chispa que hizo estallar la Comuna de París, cuando el pueblo se negó a entregar al gobierno los 227 cañones que se habían almacenado allí, tras la capitulación de la ciudad ante los prusianos.
  • 1874-1914 - El corazón de la bohemia. Los artistas empiezan a afluir en masa a Montmartre.
  • 1875 - Construcción del Sacré-Coeur. La construcción del enorme templo, visible desde cualquier lugar de la ciudad, se prolonga durante más de 40 años. Inaugurado en 1923.

La montaña sagrada

Estatua de Saint-Denis en Montmartre

St-Denis en un parque de Montmartre

El carácter religioso de la colina viene marcado por el martirio de Saint Denis y de sus dos compañeros (Rústico y Eleuterio, con sendas calles en la colina) en el siglo III.

Primer obispo de París, Saint Denis es uno de los patronos de la ciudad, y se le suele representar portando su cabeza, como se ve en la fachada de Notre-Dame y en numerosas iglesias de la ciudad. Según la leyenda medieval, nada más ser decapitado, el santo tomó su cabeza y caminó 6 Km hasta el lugar donde quería ser enterrado, en la actual basílica de Saint-Denis. Una estatua en un parquecillo de Montmartre recuerda a este santo, al que la colina debe su nombre.

La capilla del martirio construida en el siglo V era un lugar muy venerado, pero desapareció con la demolición del monasterio medieval y su rastro se perdió por completo. En el siglo XIX se hicieron indagaciones y cálculos para descubrir su ubicación, y en el mismo lugar se levantó una capilla nueva. Ubicación: 11 Rue Yvonne le Tac (abierta sólo los viernes de 15 a 18 h.).

De los primitivos templos romanos, dedicados a Marte y Mercurio, tan solo quedan unas pocas columnas, cuya vista impresiona por la historia que atesoran. Están colocadas dentro de la iglesia de St-Pierre-de-Montmartre, en el ábside y junto a la puerta de entrada.

La visita a esta vieja iglesia medieval, de paredes inclinadas, es una de las experiencias más agradables de Montmartre. Mientras todo el mundo entra al Sacré-Coeur, son pocos los que pasan por este lugar, fuertemente evocador, convertido en un remanso de paz. Conserva todavía las lápidas de algunas abadesas y de la reina fundadora, que se enterraban en el ábside de la iglesia.

Junto a la iglesia medieval se alza la mole impresionante del Sacré-Coeur, templo expiatorio que surgió como fruto de un voto nacional, muy ligado a las circunstancias de la historia francesa de finales del XIX.

El Sacré-Coeur visto desde las Galerías Lafayette

El Sacré-Coeur visto desde la torre Montparnasse. Foto original: Anyul Rivas (recorte)

Denostado en su momento por su estética ecléctica y sus cúpulas elevadas que le dan un aire oriental, el Sacré-Coeur ha teminando haciéndose un hueco en el afecto de turistas y parisinos. A ello contribuyeron en buena medida los artistas que lo retrataron en sus lienzos una y otra vez. Como si fuera un faro luminoso, su blanca fachada atrae la atención desde cualquier parte de la ciudad y hoy es uno de los edificios más fotografiados de París.

Es también uno de los monumentos más visitados, pero debido sobre todo al atractivo irresistible de esta colina, y al maravilloso mirador sobre la ciudad donde está emplazado.

La meca de los artistas

A partir de 1875, cuando los impresionistas empezaban a realizar sus primeras exposiciones, siendo ridiculizados por el público y la crítica, Montmartre empezó a atraer a un número creciente de artistas. Algunos de ellos nos resultan muy conocidos, como Renoir, Cezanne, Toulouse-Lautrec o Van Gogh... y más tarde Modigliani o Picasso. Muchos otros, la gran mayoría, nunca terminarían de salir del anonimato.

El Moulin de la Galette, de Van Gogh

Van Gogh. el Moulin de la Galette

Libertad creativa. La vida en este pequeño pueblo era sencilla y apacible. Estando a un paso de la ciudad, Montmartre se hallaba muy lejos de su ajetreo y sus convencionalismos. Allí se respiraba un aire más puro, no viciado por las normas y corsés de la Academia, que imponía los criterios del buen arte. La creatividad fluía por cauces más libres, sin muros de hormigón.

La vida bohemia. Los artistas (pintores, escritores, músicos...) se reunían en tertulias y fiestas interminables, en los rústicos merenderos de la colina. Era una auténtica confraternidad de artistas la que se había formado. Unos se animaban a otros en los momentos malos, se apoyaban económicamente si era necesario, y se estimulaban e inspiraban mutuamente. Se formaron también colonias de artistas, que compartían residencia y taller.

Tal como nos muestran los innumerables cuadros de estos pintores, las laderas de la colina mostraban entonces un entorno rústico, con pocas edificaciones. Había viñas y zonas de cultivo, además de los célebres molinos.

Hoy quedan abundantes recuerdos de aquellos artistas: los cafés donde se reunían, algunos inmuebles donde vivieron... El Museo de Montmartre ayuda también a evocar aquella época. Y las callejuelas de la zona alta de Montmartre todavía tienen un ambiente rural, que permite imaginar el ambiente que ellos conocieron.

El bajo Montmartre

Además del pueblo de la colina, el bajo Motmartre, de ambiente urbano, congregó también a numerosos artistas, preferentemente músicos y escritores. Allí se encontraban cabarets míticos como el Moulin Rouge y el Chat Noir. En este último empezó a labrar su fama el cantante Aristide Bruant, inmortalizado por Toulouse-Lautrec con su chaqueta negra y su bufanda roja, convertido a finales del siglo XIX en la estrella de Montmartre.

Hoy toda esta zona, el barrio de Pigalle, el Boulevard de Cloichy, es conocida por su vida nocturna, sus luces de neón, sus innumerables sex-shops, cabarets y salas de espectáculos. El más conocido y fotogénico sigue siendo, sin duda, el Moulin Rouge, así llamado en referencia a los molinos tradicionales de Montmartre.

El Moulin Rouge

Foto: Wauquiez

Un paseo por Montmartre

Te proponemos ahora un paseo por Montmartre, siguiendo el mapa que tienes a continuación. Hemos marcado dos itinerarios: uno de recorrido imprescindible (línea de puntos roja) y otro con línea azul si quieres ampliar la visita. Los números rojos señalan puntos de más importancia.

Damos por descontada la visita al Sacré-Coeur y a la iglesia de St-Pierre de Montmartre, los dos monumentos más interesantes de la colina. La visita a esta pequeña iglesia medieval es especialmente sugerente.

Hemos agrupado los principales puntos de interés en torno a 4 centros, para que sea más fácil identificarlos. En torno al Sacré-Coeur:

  1. Mirador sobre París. Imponente visión de toda la ciudad. Sus privilegiada ubicación, con la ciudad a los pies, fueron determinante en la decisión de construir aquí el Sacré-Coeur.
  2. Estatua del caballero de la Barre. Estatua anticlerical, buena muestra de las disputas que suscitó en el siglo XIX la erección del Sacré-Coeur. Se trata de un homenaje al caballero de la Barre, torturado y ejecutado en 1766 (con 19 años) acusado de sacrilegio.
  3. Mercado de tejidos de Saint-Pierre. Toda esta zona está especializada en el comercio de telas, con montones de tiendas que ofrecen los tejidos más diversos. Muy concurrido.
  4. Escaleras de Rue Foyatier. Montmartre es célebre por sus escaleras. Estas son especialmente fotogénicas. Discurren junto al funicular y tienen 222 escalones.
  5. Espacio Dalí. Pequeño museo, con obras de Dalí, compuesto por esculturas más que por pinturas.
  6. Antiguo depósito de agua, construido en 1834, en estilo neorenacentista.

En torno al Museo de Montmartre:

  1. Museo de Montmartre. Instalado en un histórico caserón del pueblo, aquí vivieron pintores importantes como Renoir, Suzanne Valadon y su hijo Utrillo. Contiene obras de artistas de Montmartre, y el taller de Suzanne Valadon. Su visita es muy recomendable.
  2. Cabaret Lapin Agile. Es uno de los cabarets más antiguos de París, fundado en el siglo XIX, en una casita rústica de pueblo. Era frecuentado por Picasso, Utrillo, Derain, Braque, Max Jacob... Sigue activo en la actualidad.
  3. Viñas de Montmartre. Este es el único viñedo que queda en la colina, que un día fue famosa por sus vinos. Fue replantado en 1930 y con sus uvas se elabora un vino llamado Clos Montmartre.
  4. Casa rosa. Su reproducción en un cuadro de Utrillo hizo famosa esta pintoresca casa rosa.

En torno al Moulin de la Galette:

  1. Moulin de la Galette. Uno de los últimos dos molinos que quedan en Montmartre, el Moulin de la Galette se habilitó como guinguette (merendero) con baile en 1870, quedando inmortalizado en los cuadros de Renoir y de muchos otros pintores. Hoy alberga un resturante.
  2. Rue Norvins. Era la principal arteria del pueblo histórico. Discurría junto a los molinos, ubicados en la arista de la colina.
  3. Plaza Marcel Aymé. Aquí vivió este célebre escritor. Aymé fue el creador del personaje Passe-Muraille, que cometía todo tipo de fechorías aprovechando su facultad para atravesar paredes. Al final, perdió súbitamente esa facultad, quedando atrapado en el muro, como lo representa la famosa estatua de Jean Marais.
  4. Casa de Dalida. Aquí vivió durante 25 años la cantante Dalida, de origen italiano, y aquí puso fin a su vida en 1987, tras una vida repleta de éxitos. Desde 1997, una plaza en Montmartre la recuerda.
  5. Jardín Suzanne Buisson. Contiene una estatua de Saint-Denis, el primer obispo de París, martirizado en esta colina. Según la leyenda medieval, en este lugar se lavó la sangre cuando iba camino de su sepultura.
  6. Allée des Brouillards. En el siglo XII, existían aquí una granja y un molino llamados “des Brouillards” (de las brumas o nieblas). En una de las casas frente al palacete de frontón triangular vivió Auguste Renoir.
  7. Villa Léandre. Calle sin salida, con bonitas casitas de estilo inglés. La del nº 10 recuerda Downing Streeet.
  8. Casa de Van Gogh (54 Rue Lépic). Aquí vivió Van Gogh con su hermano Theo, de 1886 a 1888. Casa-museo.

En torno a la Plaza de las Abadesas:

La toponimia de la zona es un recuerdo de las abadesas del monasterio de Montmartre.

  1. Iglesia St-Jean-de-Montmartre. Iglesia moderna, de hormigón armado, ladrillo y cerámica. Obra de Anatole de Baudot, discípulo de Viollet-le-Duc. Una provocación en su momento. Construida entre 1894 y 1904.

    Parada del metro: una de las tres que quedan de las construidas por Hector Guimard a comienzos del siglo XX en estilo modernista. Catalogada como monumento histórico.

  2. Muro de los “te quiero”, realizado con azulejos en 1998. Muy popular. Recoge la expresión "te quiero" en 250 idiomas.
  3. Frutería de la película "Amèlie", rodada en Montmartre en 2001. Aún conserva el letrero “Maison Colignon” que se instaló para el rodaje.
  4. Bateau-lavoir. Auténtico santuario de la historia del arte. En esta antigua fábrica de pianos malvivieron numerosos artistas y escritores de comienzos del siglo XX como Juan Gris, Brancusi, Modigliani, Max Jacob y Picasso. Aquí pintó Picasso en 1907 Las Señoritas de Aviñón, inicio del cubismo. El edificio se quemó en 1970 y hoy sólo se conserva la fachada original.
  5. Bar de la película Amèlie. Café des Deux Moulins, célebre desde el rodaje de la película. En él trabajaba Amèlie.
  6. Capilla del martirio. Construida en el siglo XIX, en el lugar donde se encontraba la capilla original. Visitas restringidas a los viernes (15-18 h.).
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