Plaza de la Bastilla

Plaza de la Bastilla

Foto: besopha

La Plaza de la Bastilla es un lugar cargado de historia. Aquí se encontraba la gran fortaleza de París, que los últimos borbones utilizaron casi exclusivamente como prisión de estado. Era el edificio que mejor simbolizaba la arbitrariedad del poder absoluto, el oscurantismo, y todos los defectos del Antiguo Régimen.

Cuando fue tomada al asalto el 14 de julio de 1789, la Revolución Francesa se hizo ya irreversible. La fecha suele tomarse como el inicio de una nueva era. Marca simbólicamente el comienzo de la Edad Contemporánea.

Y sin embargo, causa pena ver que un lugar tan decisivo en la historia universal no haya dejado apenas ninguna reliquia tras de sí. La Bastilla es hoy una plaza bastante vulgar, sin más atractivo que una gran columna.

Origen de la fortaleza

Fortaleza de la Bastilla

Ilustración de Hoffbauer (+1922)

Fue construida por el rey Carlos V el Sabio en el siglo XIV, en el contexto turbulento de la Guerra de los Cien Años. Se trataba de una construcción muy moderna en su época, incluso revolucionaria, y sus mejoras fueron pronto copiadas en otros lugares.

El objetivo de esta fortaleza no era defender la ciudad del enemigo exterior, sino más bien defender al rey de los parisinos, y permitirle la huida de París en caso de que estallara una revuelta.

Custodiaba una de las puertas de la ciudad, y era la vía de escape del rey. Por esta puerta, el rey podría alcanzar la ciudadela de Vincennes, una espectacular "ciudad fortificada" a 6 kilómetros de París, que todavía puede visitarse en la actualidad.

Durante sus 4 siglos de existencia, la Bastilla jugó un papel destacado en muchas guerras y conflictos. Pero últimamente se utilizaba sobre todo sólo como prisión, y su función era cada vez menos importante. Cuando estalló la Revolución Francesa apenas había 7 presos en su interior, y el rey estaba pensando seriamente en demolerla, pues su mantenimiento era ruinoso para las arcas del reino. Pero aún seguía infundiendo miedo en la población.

Asalto a la Bastilla

La toma de la Bastilla fue un acontecimiento decisivo de la Revolución Francesa, no tanto por su importancia estratégica, sino por su valor simbólico, y por lo que tenía de "atrevimiento". Desde ese momento, los acontecimientos comenzaron a precipitarse y tomarían ya un cariz irreversible.

Nuestra audioguía de París relata con todo detalle cómo se sucedieron los acontecimientos de esa histórica jornada, por donde entraron los asaltantes, cómo se desarrolló la batalla, etc.

Destrucción de la fortaleza

Tras el asalto, la Asamblea Nacional decidió destruir la fortaleza piedra a piedra, con tal rapidez que para finales de ese mismo año 1789 había desaparecido por completo.

Napoleón Bonaparte eliminó los últimos vestigios que quedaban del foso del castillo, terraplenando toda la zona. Para él era importante borrar todo rastro de la fortaleza, para evitar que su recuerdo siguiera alentando nuevas revoluciones.

El único elemento hoy visible de la vieja fortaleza son unas marcas en el pavimento, que delimitan su perímetro. Una placa de mármol en uno de los edificios de la plaza indica también su posición.

La "Columna de Julio"

La columna que ocupa el centro de la actual plaza fue erigida por el rey Luis Felipe de Orleans para conmemorar la Revolución de Julio de 1830, que le llevó hasta el trono en sustitución del último de los reyes borbones.

Este nuevo régimen político se abrió paso después de tres días de lucha en las calles de París. Una inscripción en el pedestal de la columna la dedica "a los que combatieron por la defensa de las libertades... los días 27, 28 y 29 de julio". Estas tres jornadas de julio darían lugar a un régimen conocido precisamente así, como "Monarquía de Julio".

El nuevo régimen de gobierno de Luis Felipe de Orleans duraría 18 años. Se trataba de una monarquía constitucional, más abierta al liberalismo político inaugurado con la Revolución Francesa.

El genio de la Libertad

Genio de la Libertad en la Columna de La Bastilla

Foto: Jastrow

Sobre la columna se alza una estatua dorada que representa la Libertad. Con las alas desplegadas, está a punto de coger impulso para alzar el vuelo, guiado por la estrella que luce en su frente. En su mano izquierda lleva las cadenas rotas del despotismo, mientras la derecha porta la llama de la civilización.

Cámara funeraria

En el pedestal, una portezuela da acceso a la cámara funeraria, donde se guardan los cuerpos de 600 "mártires de las barricadas", que perdieron la vida en la Revolución de julio de 1830, combatiendo para derrocar por segunda vez a los Borbones. Sus nombres están inscritos en letras de oro en el fuste de la columna.

En 1848 una nueva revolución terminó con el régimen de Luis Felipe de Orleans. Las calles de París volvieron a llenarse de barricadas. Y otros 200 "mártires" engrosaron la lista de los muertos que ocupan la cámara funeraria de la Columna de la Libertad.

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